Se apagan las luces poco a poco, baja
el telón, final del primer acto. Empieza la acción, todo el mundo
se mueve por el escenario cambiando la escena, moviendo los muebles,
haciendo que todo parezca distinto a como estaba antes.
Los protagonistas aclaran su voz,
beben agua, cambian algo su vestimenta, tranquilos mientras el
público comenta el primer acto, la sutileza del mensaje, la belleza
de la actriz principal, la delicadeza de la joven promesa y la
grandiosa puesta en escena de ese teatro único que estrena su
primera obra.
Todo está dispuesto para que dé
comienzo el segundo acto, se abre el telón y suena una música
suave, una melodía calmada e inexpresiva de cualquier modo
interpretable. Los actores van saliendo a escena poco a poco, todos
menos ella, la bella protagonista ha desaparecido. El tiempo pasa, la
acción transcurre y no vuelve a escena, ni volverá. Ya no es su
obra, ahora es la joven muchacha con talento la que lleva el papel
principal ante el asombro de los espectadores que se miran extrañados
ante el cambio de ruta.
–Se comenta que la actriz ha
decidido dejar la obra abruptamente – dijo un caballero de bigote
prominente – ¡Qué desvergonzada muchacha!
–Muy desconsiderado, sin duda –
añadió una señora que parecía empeñada en quitar el
protagonismo al espectáculo.
–¿Es eso cierto? – añadió un
caballero de la fila de delante.
Y así se fue dispersando por todo el
teatro la historia de la bella y maleducada joven a cada vez más
exagerada hasta el punto de decirse que había gritado a todos sus
camaradas y salido a la calle profiriendo insultos a diestro y
siniestro. Pero esto no había ocurrido así, ni mucho menos.
La joven muchacha simplemente se había
dado cuenta de que esa obra no le gustaba, ese teatro no la llenaba,
quizá no era lo suficientemente bueno, grande o bonito para ella,
quién sabe. Lo realmente relevante es que había dejado el teatro,
no importa cómo ni porqué, solo el hecho de querer cambiar de obra,
de compañeros, de espacio,
pero nadie la juzga, solo la extrañan en silencio .
Probablemente hayan más actrices,
muchos más personajes cambiantes que rodearan a la joven y talentosa
muchacha que dejará de ser joven pero nunca talentosa. Ella no
abandonará ese teatro nunca, su casa, su público, no lo hará
porque en realidad ella es la protagonista de la historia, y ese gran
teatro, que un día estrenó una obra con una bella muchacha en el
papel principal, es su vida.
A todos aquellos actores
que han participado en mi vida,
Gracias
No hay comentarios:
Publicar un comentario